PROCESO DE CURA SUSTENTABLE

Todos los días nos levantamos de la cama y vamos "a la lucha" con los más diversos objetivos; con las más disímiles herramientas; con nuestra personalidad, positiva o no... Más, siempre hay algún objetivo a cumplir o alguna meta a alcanzar, porque sin ellos, sin objetivos y/o metas todo es más difícil.
Todos los días salimos a la vida, a la realidad… Pero,… ¿A que realidad?


Podemos decir con certeza de que todos los días, “caemos” de cabeza dentro de nuestra propia trama, dentro de nuestro propio "drama de control" que no es otra cosa que nuestra particularísima forma de relacionarnos con la “realidad que percibimos”. Si... Toda nuestra atención y nuestras urgencias centradas en nuestro día, en nuestros planes, en nuestra familia, en el clima, en las cuentas a pagar.... en todas las cosas que hacen a nuestra vida. Esa es la forma en que experimentamos la realidad; nuestra realidad. Pero lo más posible es que ni siquiera quien duerme a nuestro lado o nuestros hijos, nuestros padres, en fin..., ni siquiera aquellos que viven dentro o próximos a nuestro corazón sientan a nuestra "realidad percibida" como ella es. Porque ella es solo nuestra. Toda una historia personal al servicio de erigir nuestros valores, nuestros sentimientos, nuestra forma de ser, nuestras virtudes…, nuestra sombra!
¿Cómo podría ser que todos nuestros filtros de percepción y de elaboración, que todos nuestros sistemas de medidas, que son personalísimas, que nuestra forma de relacionarnos con los objetos y con las emociones nos conduzcan por percepciones idénticas a las de otra persona?... ¡Ni pensar!
No existe posibilidad alguna de que la forma en que experimentamos nuestra vida y sus matices se repita en otro ser, porque hacemos eso a través de nuestra "lente", desde nuestro punto de vista, conformado desde la perinatalidad o, para muchos, desde la multiplicidad de vidas que experimentamos durante la transmigración del alma o reencarnación (una idea lejana para muchos pero adoptada por más de la mitad de la población mundial,… por lo menos), conformado en todo el proceso de endoculturación y más tarde por la aculturación y todo el proceso constante e interminable de adaptación que nos molda y modela. Y todo esto, si es que pensamos solamente en los procesos más abstractos que influencian nuestra "configuración" personal, porque analizando más objetivamente, esa percepción de la realidad será influenciada hasta por el biorritmo, por enfermedades, por la homeostasis individual y por la alimentación de ese individuo, entre otros! La medicina nos dice esto a través de los conceptos de la Psico-neuro-inmunidad.


Desde el punto de vista de un Iridólogo eso se puede ver y confirmar en cada consulta realizada. Vemos como los iris pueden mostrarnos ese equilibrio único y personal graficado por señales, texturas, manchas y adjetivado por cada palabra dicha o no dicha. Con cada gesto extrovertido o reprimido.
Y… ¿Por qué llegamos hasta este punto? ¿Por qué hablar de nuestra realidad percibida, y de su característica principal, que es la de ser única para cada ser? ¿Por qué decimos que caemos de cabeza en nuestro "drama de control"...?


El hecho de que cada uno de nosotros tenga su propia percepción de la realidad, abre las puertas para que cada uno tenga su propia percepción del mundo, de los problemas existentes y de sus soluciones. Y peor. Para algunos los problemas ni son problemas y ni serán necesarias soluciones.
Vivimos en un mundo masificado, “atropellado” por los medios de prensa y embaucados por propaganda “científicamente organizada” (o sea, sin dar opciones y si generando opinión y apelando a la compra y no a la calidad, a la utilidad y menos aún a la sustentabilidad), mientras que nuestras defensas al tal “atropellamiento” son meramente intrínsecas o, con un poco de suerte, un poco más que eso.
Muchas buenas intensiones y buenas voluntades acaban por desmoronar delante de la imponencia y del poder de convicción de la sociedad en que vivimos. ¡Y no es paranoia!
Somos “arriados” para pensar parecido y si no pensamos parecido seremos, en última instancia diferentes lo que, socialmente no será bien visto. Un estigma que ni todos tienen estructura para soportar. Así, aprendemos a… “deja así mismo”…, a “solo esta vez”…; a “…igual… nadie se importa”…


En el terreno de la salud y de la enfermedad, todo esto no pasa desapercibido. Si uno piensa que la ansiedad y la angustia están en la base de casi toda (sino toda) enfermedad, podemos imaginarnos como influenciará en nuestra salud la ansiedad de alcanzar mejores salarios, mejores puestos de trabajo, mejores ventas que le colega de sector, mejor rendimiento y el cumplimiento de metas empresariales casi deshumanas. Imaginemos cuanta salud perdida cuando surge la angustia de no ser lo que los otros esperan, por ser diferente, por haber aprendido desde pequeños que no seremos capaces se ser o de hacer tal o cual cosa…, por haber perdido un trabajo (que hasta quizás, ni nos hacia feliz) o por no satisfacer las expectativas del padre o de la esposa, etc.,…
En el consultorio, ya estamos cansados de oír: “Matrimonio es para toda la vida”; “Mi familia no me perdona el haberme separado”; “No puedo parar,… ¡La vida no me permite!”; “No da tiempo de tomar agua, ni de masticar, ni de dormir…”…Todas expresiones que no traducen la esencialidad de estas personas que demuestras como es que están “amaradas” a preconceptos aprendidos.
Son estas y muchas otras afirmaciones que están “gritando” que la percepción de mundo de estas personas está total y fatalmente destorcida y que solo existe una salida: “Cambiar la cabeza”… Cambiar la forma de pensar, de actuar… ¡La forma de priorizar!
Dentro de la naturología, el proceso de cura se ve constantemente obstaculizado por estas cuestiones, lo que deja en evidencia la forma en que los pensamientos, valores y normas que emanan de lo familiar y de lo social limitan y definen la calidad de vida generando desequilibrios y enfermedad.


Si elevamos nuestro punto de vista dentro del cono de percepción de la realidad, podemos ver que toda esta limitación de la calidad de vida y desequilibrio de salud existen, porque existe un gran desorden; porque existe una enorme falta de jerarquización de lo verdaderamente importante, de lo fundamental, lo que acaba por hacernos creer que no existen salidas.
Así, como corolario, escuchamos en el consultorio: “¡Yo soy así y voy a morir así!”
Sentencia literalmente fatal ya que debería ser… “Soy así. No está siendo apropiado. ¡Voy a cambiar!”


De esta manera esta última afirmación es realmente sustentable, que significa que se llegó a una conclusión después de un análisis de situación que concluye en la necesidad de un cambio real y positivo.


Una vez más entramos en el terreno de los paradigmas y de la necesidad de cambio de paradigma. Y lo que era el Paradigma Holístico (y continua siendo) como opción para avanzar y evolucionar como humanidad, superando viejos límites y ampliando inmensamente el horizonte, continuó creciendo y ampliándose con conceptos como los de integralidad, ecología, sustentabilidad, sostenibilidad y rehumanización, entre otros.


Y aquí está la cuestión!
En este Blog hablamos de salud natural; de mecanismos naturales de evaluación; de otra forma de vivir la vida y de calidad de vida. Toda esta trama que vivimos como realidad nos conduce la mayor parte del tiempo, manteniéndonos en una semi-conciencia o casi inconscientes, actuando e interaccionando en “automático” frente a la vida y sintiendo que así, digamos… está todo más o menos bien. Que así es “normal” (¿!). Pero, todo puede estar inconmensurablemente mejor si pudiésemos experimentar un cambio profundo en la relación del ser humano con los valores, con las expectativas, ecológicamente, con la salud, con el planeta como un todo.
Ese cambio profundo no es más que el cambio de paradigma actual, cartesiano, obsoleto a niveles científicos, hacia el paradigma Holístico, integral y comprensivo y para contribuir con ese cambio profundo, debemos también hacer nuestra parte en el área de la salud natural.
Modificar conceptualmente nuestra tarea, modificar nuestro comportamiento, nuestras estrategias y objetivos, porque dentro de este marco ya no alcanza con el hacer nuestro trabajo de ayudar a mejorar la salud orgánica y de aliviar el sufrimiento emocional.
A pesar de ser ese nuestro trabajo de mucha ayuda, puede ser más si ayudamos además en la concientización, en la comprensión cabal de la necesidad de cambios.


La idea en este artículo es poder colocar en una misma oración "proceso de cura" y sustentabilidad, que sería una excelente aproximación a lo holístico.
En 1987, en el marco de las Naciones Unidas, se definió a la sustentabilidad como la capacidad de satisfacer necesidades de la generación humana actual sin que esto suponga la anulación de que las generaciones futuras también puedas satisfacer las necesidades propias .
Pero esa definición de sustentabilidad de a poco se fue extendiendo y pasó a abarcar a todas las áreas de la vida, en la medida en que para no afectar futuras generaciones, para poder "sostener", "crear" y hacer crecer la calidad de vida en la práctica de la sustentabilidad, el cambio deberá ser no solo en lo institucional, en lo gubernamental y si a nivel personalísimo. Y preste atención quien lee, que no se trata de que estos cambios vengan simplemente a "mejorar" la calidad de vida, ya que a esta altura de las circunstancias se trata más de un rescate de la posibilidad de vida, al mejor estilo... "Último aviso!"
La sustentabilidad se relaciona directamente con el desarrollo humano. Es una calidad que debería ser humana por excelencia, ya que como miembros sapientes del reino animal deberíamos tener esa visión lógica, clara y precavida, de que a cada acción existirá una reacción. Curiosamente todo el reino animal ya sabe de eso y se comporta dentro de un estricto equilibrio. Menos nosotros.
El desarrollo sustentable sólo se ocupaba de la preservación de los recursos naturales. Era un comienzo de cambio profundo pero aún dentro del marco cartesiano. De a poco fue ganando fuerza y desenvolvió raíces y surge un nuevo concepto: El de desarrollo sostenible, que tiene en cuenta además a las condiciones sociales, políticas y económicas del conjunto social, por lo cual se incorpora la certeza de que el humano se desarrolle además de satisfacer sus necesidades, y en ése desarrollo sus acciones sean pro cuidado del ambiente y el entorno natural en el cual vive.


Avanzando un poco más en este tema, el desarrollo humano a través de la sustentabilidad y de la sostenibilidad, sin degradar, preservando y mejorando el medio ambiente en el cual vivimos, tendrá innúmeras facetas a observar. Desde una visión ecológica simple y amplia aplicada a profesiones directamente ligadas al planeta como la agricultura, la arquitectura, la explotación de recursos naturales... etc., hasta la modificación profunda de conceptos mucho más complejos como los de justicia, educación, economía, etc., ...


Para los fines de este artículo, sustentabilidad y sostenibilidad hablan de la misma cosa y se trata de percibir a través de estos conceptos, de que la acción es fundamental para estos cambios.
Así, la reconexión con lo básico, con lo elemental, es algo estratégico para alcanzar los cambios y pasa por recuperar el sentido de lo lógico y hasta por rever la forma en que vivimos lo espiritual, en consonancia con lo ateo, lo agnóstico o lo religioso.
Cambios, en definitiva, son esenciales y urgentes. Y qué bueno sería que esos cambios fueran simultáneos y profundos. Amplios, irrestrictos... Pero la naturaleza humana no permite.
Es ilusoria la idea de cambios profundos y urgentes. Más aún si son rápidos, amplios e irrestrictos. Por eso debemos prestar atención en los cambios que podemos realizar primero en nosotros mismos y en unión con otras personas que definan esta prioridad como suya. Apoyarnos en el conocimiento ya existente, en las instituciones que ya trabajan en ese sentido y, fundamentalmente en la propia ciencia que ya sabe de la necesidad de esos cambios esenciales y urgentes. La misma ciencia que mal aplicada da sustento y alimenta la concupiscencia, el poder irracional y todo lo que deberíamos considerar deshumano, ya sabe y se opone a esa práctica.


Ahora bien. No necesitamos ir lejos ni navegar muy profundo para ver cómo puede relacionarse nuestro día a día con nuestra participación consiente en la concreción de estos cambios esenciales y urgentes.


Como mencionamos antes, en la iridología vemos claramente el "momento" funcional del individuo y de esa forma podemos comprender, algunas veces con absoluta claridad y otras con algo de elaboración diagnóstica, como es que se relaciona con la realidad. Lo interesante es que vemos eso, lo definimos, no por tener señales que interpretemos directamente en el sentido de saber que realidad experimenta y si por la forma en que su cuerpo y en definitivas todo su ser se comporta frente a su realidad y cuál es el resultado de ese comportamiento en su cuerpo.


En base a lo comentado hasta aquí, el proceso de "sanar" o el de "curarse" podrá estar incluido en un proceso comprometido con la sustentabilidad o podrá estar ajeno a ella.
Tratar la enfermedad, que es lo mínimo que puede hacerse ante el desequilibrio de salud, o mismo tomar medidas para sanar, que sería un proceso más completo, más profundo, nos coloca en una excelente posición para rever actitudes y sucede en un excelente momento para realizar los cambios esenciales y urgentes" a los que hacemos referencia.
Conseguir transportar nuestra conciencia desde aquel momento en que contemplamos con inercia e ignorancia nuestro propio ombligo hasta el otro momento, en donde nos colocamos en concatenación y sintonía con el resto del planeta sería el momento culminante en el proceso de cura sustentable. Un verdadero salto cualitativo.



İSIEMPRE el proceso pasa por el cambio! Pierden tiempo aquellos que tratan su salud naturoterapeuticamente y no hacen cambios. Hacer cambios meramente parciales puede ser suficiente para eliminar un dolor de cabeza o para mejorar la circulación al punto de evitar sufrimientos, mas, no lo es para obtener resultados definitivos. Es algo así como cambiar algunas cosas para que todo continúe igual.
Todo cambio de actitud, todo nuevo pensamiento que nos permita hacer más y mejor en relación a nosotros, a los otros y al planeta, solo nos acerca a la salud y hace de nuestro esfuerzo para sanar un acto de sustentabilidad.
En nuestro caso lo que aparentemente es una consulta simple para recuperar la salud, puede transformarse en un momento fantástico de reconexión de una persona más para alcanzar la “masa crítica” que produce los cambios “paradigmáticos”. Así, depende de nosotros los naturoterapeutas. Depende de lo que queremos como resultado de nuestras consultas y de la fuerza que coloquemos para alcanzar esos objetivos.


Para conseguir un proceso de cura sustentable, es necesario conseguir que la persona entienda primero la necesidad de cambiar. Después debe comprender las razones y la profundidad de la necesidad de cambios ya que no se trata de cualquier cambio. Hablamos de cambiar ecológicamente, desde la alimentación hasta el pensamiento. Desde la higiene hasta los valores emocionales. Debemos conseguir que el individuo deje de pensar solo en lo urgente no fundamental, en lo individual, en lo superficial, para ser más ponderado, más calmo, y al mismo tiempo proyectándose hacia una vida de más amor, de más alegría... de más completitud. No es un cambio fácil ni es un cambio rápido. No se alcanza sin esfuerzos, porque cambiar "la cabeza" (como yo lo denomino), requiere modificar la personalidad. Pero es un cambio absolutamente posible si es eso lo que se quiere. Es necesario incursionar de cabeza abierta por nuevas respuestas a preguntas antiguas y no aceptar fórmulas pre hechas para enfrentar las situaciones del día a día.
El objetivo es tener salud, ser felices, crecer y evolucionar junto a esposos, hijos, padres, familia y hasta de personas que aún no perciben la urgencia planetaria. Pero cuando eso no es posible porque faltan expectativas, no hay voluntad de cambio o porque impera la ignorancia, aún así, debemos tener salud, alegría, debemos seguir creciendo y evolucionando, independientemente de quien no lo comprenda. Quien nos ama y nos contempla con cariño siempre querrá vernos felices, creciendo, siendo parte de lo mejor de la vida.


Tomar remedios naturales parece ser en parte sustentable. Pero puede no serlo si es solo eso. Tomar tés y usar baños calientes y fríos alternados puede ser muy ecológico y hasta contribuir para disminuir la proporción de ganancia de empresas fabricantes de medicamentos que no se importan con el futuro de nuestro planeta. Parece
ser una acción sustentable y ecológicamente correcta, y lo será sin dudas si es una acción consiente. Pero no hay que perder de vista que existen muchas... muchas otras acciones más simples, que pueden ser tomadas antes y con extrema facilidad haciendo nuestros cambios esenciales y urgentes. Así, cambiar la actitud a la hora de beber agua de calidad, a la hora de leer una etiqueta en el embalaje de un alimento, a la hora de descartar la basura, a la hora de iniciar un tratamiento medicamentoso sin antes evaluar nuestro comportamiento y nuestros usos, son todas acciones consientes que contribuyen para la salud y para el proceso de cura sustentable.


Si colega. Es verdad. Una consulta naturoterapeutica que diagnostique y "trate" problemas de salud e desequilibrios de ansiedad y emocionales, puede ser bien rápida. No en tanto una consulta que procure desencadenar un proceso de cura sustentable, puede llegar a ser más larga y complicada; requiere una conexión mucho más profunda y una mayor dedicación.


Ese será nuestro trabajo bien hecho y es también la forma que tenemos, después de tomar consciencia de la necesidad de cambios paradigmáticos, de contribuir activamente para el establecimiento de una relación holística saludable entre conceptos como: Ser, Salud, Pasado, Futuro, Universo, Sabiduría, Iluminación y Harmonía.



Mucha Luz!
Daniel H. Della Valle Cauci



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